Conocimientos antes del disparo: Primeros Auxilios por Herida de Arma de Fuego

Las lesiones por arma de fuego son situaciones de extrema gravedad que requieren una intervención rápida y efectiva. Este tipo de trauma puede afectar tejidos blandos, huesos y órganos vitales, lo que hace que cada minuto cuente. En este documento, revisaremos los protocolos esenciales para manejar adecuadamente heridas por arma de fuego, las mejores prácticas para el control de sangrados y el equipo necesario para maximizar las probabilidades de supervivencia. Además, exploraremos las peores prácticas a evitar y cómo preparar a los portadores civiles para estas emergencias.

Lesiones por Arma de Fuego: El Daño en Tejidos Blandos y Órganos Vitales

Una de las características principales de las heridas por arma de fuego es la gravedad de los daños que causan. Las balas pueden atravesar tejidos blandos y dañar órganos vitales, lo que agrava significativamente la situación del paciente. Las fracturas de huesos causadas por proyectiles suelen ser complejas y difíciles de manejar en el campo, lo que resalta la necesidad de una intervención rápida. Además, las heridas en órganos internos requieren atención inmediata para evitar el shock hemorrágico.

Uno de los primeros pasos en la atención de este tipo de heridas, es la identificación y clasificación de los sangrados, lo que nos ayudará a determinar el método adecuado para su apropiado control y la mitigación de lesiones o complicaciones posteriores.

Reconocimiento Inmediato de Sangrado Masivo

El primer paso en el control del sangrado es identificar si se trata de un sangrado masivo. Este tipo de hemorragia puede poner en peligro la vida del paciente en cuestión de minutos.

¿Qué es un Sangrado Masivo?

Un sangrado masivo se define como una pérdida significativa de sangre que puede comprometer rápidamente la circulación y la oxigenación del cuerpo. Este tipo de hemorragia requiere atención inmediata y efectiva para evitar un desenlace fatal.

Tipos de Sangrado

Los sangrados se clasifican generalmente en dos categorías: internos y externos.

  • Sangrados Externos: Se producen cuando la sangre sale al exterior a través de una herida. Pueden dividirse en:

    • Capilar: La sangre fluye lentamente y suele ser menos grave.

    • Venoso: Sangre oscura que fluye de manera continua.

    • Arterial: Sangre brillante que sale a chorro; es el más grave.

Sangrados Internos: La sangre se acumula dentro del cuerpo sin salir, lo que puede ser más difícil de detectar.

¿Cómo se Detiene un Sangrado?

La detención del sangrado depende del tipo y la gravedad. Las técnicas más efectivas incluyen:

  • Presión Directa: Aplicar presión firme sobre la herida con gasas o apósitos limpios. Esta es la primera línea de defensa ante cualquier tipo de sangrado externo.

  • Torniquete: En casos de hemorragias severas, especialmente en extremidades, un torniquete puede ser necesario. Debe aplicarse correctamente, asegurándose de registrar el tiempo.

  • Empaquetamiento de Heridas: Si no se dispone de gasas hemostáticas, se puede utilizar gasa normal o, en su defecto, tela limpia. En situaciones extremas donde solo se cuente con tela sucia, esta debe usarse para detener el sangrado. Es importante recordar que una infección puede causar daños en días, mientras que un sangrado puede matar en minutos. Por lo tanto, detener el sangrado tiene prioridad sobre las consideraciones sobre la limpieza.

Las Mejores Prácticas

Elección del Equipo Correcto para Detener el Sangrado

Es fundamental contar con el equipo adecuado para manejar situaciones de sangrado. Los elementos recomendados incluyen:

  • Equipo de Protección Personal (EPP): Guantes desechables para proteger tanto al rescatista como al paciente.

  • Gasas en Rollo: Para aplicar presión directa sobre las heridas.

  • Espadrapo: Para asegurar las gasas en su lugar.

  • Tijeras: Para cortar vendajes o ropa que impidan el acceso a la herida.

  • Torniquetes: De calidad comprobada, como los disponibles en Rhino Rescue, que son fáciles de aplicar y efectivos.

  • Vendajes Israelíes: Diseñados para controlar hemorragias severas mediante compresión.

  • Gasas Hemostáticas y Regulares: Para diferentes tipos de heridas según su gravedad.

En la actualidad, adquirir estos equipos se ha facilitado gracias a la fabricación de kits individuales de primeros auxilios (IFAK´s por sus siglas en inglés), los cuales permiten un acceso más cómodo y asequible a este tipo de equipos.

Luego de estudiar los pasos adecuados para detener un sangrado, es crucial considerar algunos aspectos que NO debemos realizar. Estas acciones no solo pueden ocasionar más daños al paciente, sino que también pueden resultar ineficaces y convertirse en una pérdida valiosa de tiempo durante situaciones críticas donde cada segundo se vuelve invaluable.

Equipos Recomendados:

Para garantizar un manejo efectivo del sangrado, se recomienda contar con los siguientes equipos:

  • Torniquetes comerciales: De fácil aplicación y efectivos para controlar hemorragias severas.

  • Apósitos hemostáticos: Que faciliten la coagulación rápida.

  • Guantes desechables: Para proteger al rescatista y al paciente.

  • Vendajes compresivos: Para aplicar presión directa sobre las heridas.

Protocolo de Acción en los Primeros Minutos: Asegurar la Escena y Controlar el Sangrado

En cualquier escenario de emergencia, especialmente en los que involucran heridas por arma de fuego, el protocolo de acción en los primeros minutos es crucial. El primer paso es siempre asegurar la escena para evitar que el rescatista corra riesgos adicionales. Una vez que el área es segura, la evaluación inicial se centra en identificar y controlar hemorragias masivas, que son la principal amenaza para la vida. Es aquí donde el conocimiento y el uso de técnicas adecuadas, como presión directa, torniquetes y vendajes oclusivos, son vitales para estabilizar al paciente.

Peores Prácticas en la atención de incidentes con armas de fuuego

  • Uso de Equipos Baratos de Fabricación Dudosa

Utilizar equipos médicos de baja calidad o fabricación dudosa puede resultar en un manejo ineficaz del sangrado. Estos productos pueden no cumplir con los estándares necesarios para garantizar la seguridad del paciente, lo que podría llevar a complicaciones graves. Invertir en equipos certificados y confiables es esencial para asegurar que funcionen correctamente cuando más se necesitan.

  • Untar Tierra, Sal, Miel o Materiales No Aprobados

Dejemos de "condimentar" las heridas de nuestros pacientes con remedios caseros. Aplicar sustancias como tierra, sal o miel sobre una herida no solo es ineficaz, sino que también puede introducir infecciones. Estos materiales no están diseñados para controlar hemorragias y pueden agravar aún más la situación. En lugar de improvisar con remedios caseros, siempre se deben utilizar productos específicamente diseñados para el control de hemorragias.

  • Perder la Calma

La pérdida de calma en situaciones críticas puede llevar a decisiones precipitadas y errores fatales. Mantener la calma permite pensar con claridad y tomar decisiones informadas durante la atención. La práctica regular y los simulacros pueden ayudar a entrenar al personal para mantener la compostura bajo presión.

  • No Realizar Prácticas o Simulacros Periódicamente

La falta de simulacros regulares significa que el personal no estará preparado para actuar eficazmente en una situación real. La práctica constante ayuda a familiarizarse con los protocolos y a mejorar la coordinación del equipo. Se recomienda realizar simulacros al menos dos veces al año para mantener al personal alerta y preparado.

  • Ignorar la Necesidad de Capacitación Continua

Las técnicas y equipos médicos evolucionan constantemente. Ignorar la necesidad de capacitación continua puede llevar a utilizar métodos obsoletos e ineficaces. La formación regular es esencial para mantener habilidades actualizadas y estar al tanto de las mejores prácticas actuales en el control del sangrado.

  • No Involucrar Allegados en Nuestras Prácticas

Involucrar a familiares o allegados en prácticas de primeros auxilios puede ser beneficioso. Esto no solo aumenta el número de personas capacitadas para ayudar en caso de emergencia, sino que también crea un sentido de comunidad y responsabilidad compartida. Al educar a aquellos cercanos sobre cómo actuar ante una emergencia, se mejora significativamente la respuesta general ante situaciones críticas

people running on grassfield under blue skies at daytime
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Consejos para Portadores de Armas Civiles: Preparación para Emergencias Médicas

Portar un arma de fuego conlleva una gran responsabilidad, no solo en términos de seguridad personal y manejo adecuado del arma, sino también en la capacidad de reaccionar ante emergencias médicas que puedan surgir como resultado de su uso o en escenarios relacionados. Estar preparado para responder rápidamente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Aquí te compartimos algunos consejos clave para asegurarte de estar listo ante una emergencia:

1. Llevar siempre un kit de trauma personal IFAK

  • Un buen kit de trauma es indispensable para cualquier portador de armas. Este debe contener elementos que permitan controlar sangrados y brindar atención inicial a heridas traumáticas. Algunos de los componentes esenciales incluyen:

    • Torniquetes de calidad: Vitales para controlar hemorragias en extremidades.

    • Gasas hemostáticas: Ayudan a detener rápidamente el sangrado.

    • Gasas regulares: Para cubrir y proteger heridas.

    • Apósitos de trauma o abdominales: Útiles para tratar heridas más grandes o profundas.

    • Vendas compresivas o vendajes israelíes: Efectivos para aplicar presión sobre heridas y controlar el sangrado.

    • Tijeras de trauma: Herramienta necesaria para cortar ropa y acceder rápidamente a las heridas.

    Estos kits deben ser compactos, portátiles y de fácil acceso, permitiendo que puedas reaccionar en cuestión de segundos.

2. Capacitación en primeros auxilios tácticos

No basta con llevar un kit; también es crucial saber cómo utilizarlo de manera eficiente. La capacitación en primeros auxilios tácticos, junto con los protocolos TECC (Tactical Emergency Casualty Care), es una herramienta indispensable. Estos cursos enseñan cómo aplicar torniquetes, detener hemorragias, tratar heridas penetrantes y manejar el shock, habilidades esenciales en situaciones de alta presión.

3. Revisar y actualizar el equipo regularmente

El equipo de primeros auxilios táctico no es algo que se debe dejar en el olvido. Debes revisar tu kit con regularidad para asegurarte de que todos los componentes estén en buen estado. Torniquetes desgastados, vendajes viejos o gasas caducadas no serán de mucha ayuda en una emergencia. Además, es buena idea añadir nuevas tecnologías o productos que surjan en el mercado.

4. Practicar simulaciones de emergencia

Así como practicas regularmente en el polígono de tiro, es recomendable realizar simulaciones de emergencias médicas. Practicar cómo aplicar un torniquete bajo estrés o cómo utilizar un vendaje oclusivo te ayudará a responder de manera más rápida y eficiente cuando realmente lo necesites. Incluir a nuestras familias en estas simulaciones es fundamental, ya que les enseñamos a reconocer situaciones de emergencia y a colaborar en la respuesta, lo que puede ser crucial en momentos críticos.

5. Responsabilidad adicional al portar un arma

Finalmente, recuerda que, como portador de un arma de fuego, tienes una responsabilidad adicional no solo hacia tu seguridad, sino también hacia quienes te rodean. Estar preparado para asistir en una emergencia médica, tanto si involucra a otros como a ti mismo, es parte de esa responsabilidad. Tener el equipo adecuado y el entrenamiento necesario no es opcional, es una obligación moral.

Conclusión

La diferencia entre el éxito y el fracaso en situaciones de control de sangrados depende en gran medida de la capacitación adecuada y del uso correcto del equipo. La preparación, la comunicación efectiva y el conocimiento práctico son esenciales para manejar emergencias con confianza.

Referencias